Recordando el punto de partida

Empiezo a escribir este artículo con un toque más personal, tratando de contar una historia que no muchos conocen: la historia de cómo inició Sucré Salé. Y claro, en ese entonces no había tanta dedicación a las redes sociales como ahora, cuando una nueva marca se lanza primero en Instagram o Facebook. Para ese momento no fue así, pero la forma en la que todo se dio fue mágica. La idea de tener un lugar enfocado al arte surgió mucho antes. Recuerdo un proyecto en la universidad donde nos pidieron crear el restaurante que quisiéramos tener. A mis 19 años ya existía en mi mente esa idea de un café jazz. Y ahora, después de 17 años, vuelvo con gratitud a ese recuerdo y compruebo cómo las ideas se materializan. Corría el año 2011. Acababa de salir de la universidad, sin mucha experiencia. Recuerdo el día en que me reuní con mi amiga y hermana, Licha Molina. Éramos dos chicas de 22 años sentadas en una cafetería, soñando con abrir un lugar enfocado en la cultura, el arte… en hacer algo distinto. Ese día empezó la búsqueda. Y después de poco tiempo, nos enteramos de que estaban vendiendo una cafetería bonita en el parque Calderón. La cafetería era francesa (el ex dueño era francés) y por eso el nombre: Sucré (dulce), Salé (salado). No quisimos cambiarlo. Sin embargo, con el tiempo todo se transformó. Fuimos implementando nuestras ideas y empezamos a crear noches de música en vivo, exposiciones de cuadros, conversatorios, etc. En ese entonces, la movida cultural era muy escasa en la ciudad. Éramos pocos los establecimientos que presentaban música en vivo y daban espacio al arte. Por cosas del destino, Licha tuvo que mudarse de ciudad y me vendió su parte. Fue un reto para mí estar sola frente a este hermoso proyecto. Sin embargo, la pasión te lleva a hacer lo que te gusta, y el destino pone personas claves en el camino. La idea de hacer jazz surgió con mi querido amigo Esteban Encalada, quien me motivó a lanzar los tan queridos "Martes de Jazz". Siempre hay dudas cuando uno quiere implementar algo. No sé si solo me pasó a mí, pero me decía: "¿Mmm… martes? ¿Seguro? ¿Pegará?" Y pues… ¡pegó! Después de años de experiencia, puedo decir: si tienes una idea, ¡hazlo! ¿Qué es lo peor que puede pasar? Si no lo intentas, nunca tendrás la respuesta. Así que lo hicimos. Lanzamos nuestro martes de jazz y fue todo un éxito. Nos ha acompañado durante 12 años y no puedo estar más feliz de ver cómo cada año más grupos de jazz surgen en la ciudad. Esto nos abrió a nuevas ideas: implementar más días de música con nuevas propuestas y estilos. Comenzamos con nuestras noches de trova, open mic, tributos, rock y más. Cuenca, sin duda, es una ciudad llena de arte. Por algo somos “La Atenas del Ecuador”. Estoy completamente segura, agradecida y orgullosa de vivir en una ciudad única como Cuenca, y de ver cómo, después de tantos años, la escena artística ha tomado más espacios, más restaurantes. Y de eso se trata: de poder unirnos y colaborar con diferentes áreas. Después de la pandemia, nos dimos cuenta de que el ser humano simplemente NO puede vivir sin arte. Es parte de nuestro ADN. Por eso, siempre estaremos apoyando y fomentando que esto perdure en la ciudad. En este artículo quise destacar nuestra propuesta artística. Si quieres saber más de nuestra historia, te espero en el siguiente artículo donde te contaré sobre nuestra propuesta gastronómica y cómo, año tras año, seguimos evolucionando.

HISTORIA

Cristina Mora

6/15/20251 min read

Arte, cultura, café.